¿Por qué es un clásico la Paella de Río?
La historia de La Paz, Entre Ríos contará que se hizo una vez y otra vez y otra vez.
29-07-2024
En cada pueblo o ciudad se acumulan a lo largo del paso de los años recetas mágicas que además de hacerse costumbres cuentan la historia de un lugar y obviamente de sus habitantes.
Y que aunque a veces pasa el tiempo y pensamos que se dejo de hacer, un grupo de amigos o chefs gastronómicos de la ciudad vuelven a prepararla y así otra vez, la paella de río vuelve a estar en boca de todos nuevamente.
Aquí los ingredientes son mágicos
Empecemos por el arroz, que en estas tierras es único y realmente uno de los mejores del planeta.
A eso hay que agregarle el pescado de río, que aquí además de ser abundante, posee una variedad increíble por las distintas especies que habitan nuestro hermoso río Paraná.
Y obviamente, una buena paella debe tener pollo. Y aquí estamos en la provincia de Entre Ríos, donde se crían día a día los pollos más sabrosos de toda Argentina.
Entonces, cuando alguien se pregunta…¿por qué la paella de río en La Paz, Entre Ríos?, la respuesta es simple: ¿Por qué no?
Sabores, olores, anécdotas y experiencias vividas a lo largo de los años sirven para entender que es lo que tiene “la paella de río” para ser uno de los platos preferidos por quienes se acercan a nuestra ciudad para probarla o que por esas cosas de la vida la conocen cuando LA PAZ, ENTRE RÍOS sale a mostrar sus dones y dotes en distintas ferias y exposiciones a lo largo de toda Argentina.
¿Cómo empezó esta rica tradición?
Cuando es el cumpleaños de la ciudad (cada 13 de Julio) o cuando llega Semana Santa o cualquier fin de semana largo, la paella vuelve a estar en boca de todos.
La historia va a contarnos que primera vez que se hizo para el gran publico de la ciudad fue en el puerto local y la organización estuvo en manos de la Cámara de Turismo local que la cocinó en una paellera gigante frente al río Paraná y ante miles de vecinos que hicieron colas interminables para probarla.
Al mejor aroma de los sabores del río se le suma el arroz magnífico de esta prodigiosa tierra, el caldo de pescado y verduras junto al pollo, y un picado de cebollas, morrones, tomates y el toque justo de pimentón español y azafrán ibérico para que la magia participe en cada mesa logrando el “payé” litoraleño necesario para quedar enamorados de este plato eternamente.
"Uno de los mejores arroces del mundo se cultiva en estas tierras, el buen pescado siempre abunda y el pollo ya es parte del adn de los entrerrianos. Si se sabe combinar estos tres ingredientes es posible lograr algo majestuoso” me dice Héctor “Cacho” Carranza cuando le pido que me describa la diferencia que tiene esta paella.
De Valencia al mundo…
España, la que a nivel gastronómico sigue siendo para muchos “la madre patria”, nos ha enseñado recetas mágicas que hasta el día de hoy se repiten a la perfección: la paella es una de ellas.
La paella se originó entre los siglos XV y XVI cerca de Valencia, España, y comenzó siendo un alimento común entre campesinos y pastores, que utilizaban una sartén gigante llamada “paellera” para ir mezclando todos los condimentos. El plato se hizo popular en otras regiones españolas, que comenzaron a realizar variaciones con lo que tenían a mano.
Así surgió la paella marinera o la paella mixta, que unía sabores de tierra firme con el mar y a medida que la receta salió de Europa encontró nuevos agregados que con el tiempo se volvieron tradición y costumbre. Y así, el mundo gastronómico se rindió a sus pies.
Sigo hablando con Carranza, que junto a otros chefs locales es uno de los que siempre participa en la elaboración de este clásico y me cuenta entre otras cosas del punto exacto del arroz, de cómo se mezclan los sabores para que la paella tenga un aroma sublime, perfecto. Me cuenta que los españoles se vuelven locos por el “socarrat”, que es cuando el arroz queda dorado en el piso de la paellera, y que aquí eso para nosotros es sentido común.
Por eso, buenas paellas puede haber en todos lados, pero la de La Paz, Entre Ríos tiene un no sé que al que es imposible resistirse. No hay dudas que debemos probarla una vez en la vida.
POR PABLO ETCHEVERS